Coquetería y otras razones

Yo creo que nada es casual o banal, ni siquiera la moda. Abro una revista y me encuentro con que vuelven  las cinturas amarradas, las caderas generosas y los bustos suntuosos de los años ’50. ¿Por qué será?
La moda de aquella época reflejó un estado de ánimo. El mundo dejaba atrás la etapa dura de la guerra, las angustias, las preocupaciones y las mujeres podían volver a la coquetería, a pensar, por fin, en cosas poco importantes, como gustarse y gustar.

Me encantaría pensar que esta vuelta al glamour y al tacón de aguja tiene su simbología, que es un vaticinio, una llamada a que las cosas empiecen a ir mejor. Yo muy pechugona no soy, la verdad, ni me veo en zapatos tan estrechos. Pero este invierno me voy a apretar un poco la cintura con una falda de vuelo que tengo por ahí guardada. ¡Ganitas que tengo de que todos dejemos atrás las penurias de esta crisis!