miércoles, 20 de junio de 2012

Era una tapa. Ahora es un cuadro.


Un cuadro resultón, barato y con marco incorporado (¡vamos, ni en Ikea!). Además, como no pesa, puedes colgarlo con cinta de doble cara a la pared sin necesidad de agujerearla.

La tapa era de la caja de un reloj a la que añadí un dibujo que me hizo mi amigo Boni una tarde que trabajábamos juntos.  Está hecho con transferencias de lo que escribimos aquella tarde, cinta adhesiva y tintas al alcohol.





5 comentarios:

  1. Wow !
    pero que resulton!!
    te has superado marta ;) un beso,
    celia

    ResponderEliminar
  2. Eres tú, dentro dentro de una caja!!!
    Jajaja...Genial!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estaría bien poder guardarte en un caja cuando no quieres que nadie te de la lata...

      Eliminar
  3. Que pasada de trabajo y que idea mas genial!!! Me ha impactado!!

    ResponderEliminar
  4. Me ha gustado mucho lo que le has pintado. Ha quedado un cuadro magnífico.

    Un beset!

    ResponderEliminar